Nuestras capacidades psicológicas no se comportan distinto a nuestras capacidades físicas. Hay quien es capaz de correr una maratón porque ha entrenado y gracias a ello puede terminarla.
Nuestra mente es un músculo que necesita ejercitarse continuamente mediante relaciones con los demás, aprendiendo, disfrutando de nuestros hobbies, viajando, saliendo de la zona de confort, y adquiriendo experiencias.
Al igual que nuestros músculos, podemos sufrir un daño psicológico por muchos motivos: situaciones estresantes, expectativas que no se cumplen, dificultades para relacionarnos con los demás, la perdida de empleo, discusión con alguien cercano y demás situaciones que no nos son agradables.
Paradójicamente, situaciones que nos ocasionan malestar también son fuente de crecimiento si sabemos gestionarlas correctamente. No siempre podemos tenerlas bajo control.
Confía en un profesional como es el psicólogo para salir reforzado de esa situación que estás atravesando.